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sábado, 11 de febrero de 2012

Seis Propuestas para el Próximo Milenio


Seis Propuestas para el Próximo Milenio



Italo Calvino fue un importante escritor italiano que murió tan solo una (1) semana antes de presentar lo que seria su último trabajo, un ciclo de seis (6) conferencias, las cuales serian presentadas en la universidad de Harvard, Cambridge, en Massachusetts. Estas seis (6) conferecias tendrian como tema principal “los valores literarios que deberian conservarse en el próximo milenio”, expresado de esta manera por el propio Calvino.
 A pesar de que a Calvino lo separaban quince (15) años de lo que sería el próximo milenio, él sabia claramente que el mundo cambiaría en muchos aspectos pero a pesar de ello, muchos deberían conservar su esencia. La literatura seria uno (1) de los tantos aspectos que con el paso de los años tomaría otra forma, no solo por los sucesos importantes que ocurrieran sino porque tambien los estilos de los escritores cambiarían y de esa misma manera surgirian nuevos escritores. Para Calvino existian ciertas cualidades que la literatura debia preservar a pesar del paso de los años, cinco (5) de estas cualidades quedaron escritas en sus conferencias; levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad (de las cuales se hablara mas adelante), y una (1) sexta cualidad que se presentaría en el mismo ciclo de conferencias pero que no quedo escrita, aun asi se sabe que esta última conferencia llevaría el nombre de “Consistency” en la que solo se habria referido, entre otras, cosas al Bartley de Herman Melville, menciona Esther Calvino al inicio del libro.
A lo largo del libro que recopila cinco (5) de las seis (6) conferencias, Calvino realiza una comparación constante entre el nombre del capítulo (que sería la cualidad de la literatura a conservar) y la literatura tomado fragmentos de poemas, libros de fantasía, novelas, entre otros estilos, de escritores de épocas pasadas o bien contemporáneos con él, que según menciona el mismo Calvino, son escritores u obras admiradas por él.

El primer capítulo se lo dedicaría a la oposición levedad-peso, centrándose en la levedad como cualidad sin considerar inferior  al peso. En el trascurso de su vida Italo ha tratado de quitar peso a las figuras humanas especialmente al lenguaje de este.
 Para Calvino la palabra levedad, es sinónimo de delicadeza en todos los aspectos de la vida de seres “superiores” (el hombre) y de seres “inferiores” (naturaleza). Considera de la misma manera que gracias a levedad se mueve el mundo y coloca a la inteligencia y al pensamiento como punto de comparación con el resto de objetos del planeta. Es la inteligencia y el pensamiento el hogar de la creatividad, virtud sin peso físico (levedad) que nos permite cambiar al mundo por medio de nuevos productos, diseños u objetos que facilitan la vida del hombre, objetos con peso fisco que en muchos momentos valoramos más que las esencias leves que nos mantienen vivos.
 En este capítulo, entre otras cosas,  se menciona a Milan Kundera un escritor checo que considera que el peso de vivir esta en toda forma de contradicción, afirmación que creo verídica debido a que en nuestra vida se nos presentan muchas situaciones contrarias o contradictorias que nos obligan a tomar para uno de los dos lados creando en nuestra mente dudas, y aunque muchas personas consideren que la duda es el principio de la sabiduría pues  ínsita a que nuestro intelecto se mantenga activo, esta misma también es el pensamiento mas torturante y puede ser la causante de decisiones equivocadas que desemboquen en consecuencias desfavorables que sumen peso a nuestras vidas. Pero no se debe admirar la levedad, sin antes tener conocimiento del peso, por tal razón no debemos dejarnos llevar por la levedad aparente de las cosas puesto que estas no tardan en mostrar su peso insostenible.

El protagonista del segundo capítulo es la rapidez, la cual se representa para Calvino como una sucesión de acontecimientos ligados y sin interrupción entre los cuales existe una relación lógica  la cual ejemplifica a través de la historia del emperador Carlo Magno. Pero el tema central del capítulo no se centra este tipo de rapidez física (sucesión de acontecimientos) sino en la relación existente entre la rapidez física y la mental.
Antes de caminar, correr o realizar cualquier otra actividad física, en nuestro cerebro se coordinan todas estas acciones con tal velocidad que no logramos percibirlas, de esta misma manera ocurre con nuestro pensamiento, antes de poder pronunciar siquiera una palabra ya nuestro cerebro ha procesado dicha información y ha generado una respuesta  la cual pronunciaran nuestros labios. Nuestro pensamiento es tan veloz que genera una gran cantidad de ideas simultáneas las cuales se procesan por separado pero ocurre con tal velocidad que parecen simultáneas, por esta razón muchas de las sensaciones percibidas a través de nuestros sentidos no son aprovechadas totalmente simplemente porque se analizaron tan rápido que no profundizamos en ellas.
Este milenio trae consigo la velocidad  cibernética, invento que ha sido creado y desarrollado por la imaginación humana, la misma imaginación que vuela en nuestras mentes y que a veces no percibimos pero que muchas personas saben aprovechar a través de sus creaciones, creaciones que estimulan la imaginación de los demás. A pesar de que se dice que para hacer las cosas bien hechas se necesita tiempo para su realización, un razonamiento veloz comunica algo especial que radica sencillamente en su rapidez, recordemos que entre más tiempo economicemos más tiempo podemos perder.   

La exactitud seria el tema central de la tercera conferencia. Calvino define textualmente la exactitud de la siguiente manera:”1. Un diseño de la obra bien definido y bien calculado. 2. La evocación de las imágenes nítidas, incisivas y memorables. 3. El lenguaje más preciso como expresión del pensamiento.”  En consecuencia se puede definir la exactitud como precisión y como la máxima expresión del detalle.
Desde que entramos en un nuevo milenio se ha notado con mayor fuerza el poder que ejerce el capitalismo y  la globalización en nuestras vidas, donde el mínimo error puede pesar.
Actualmente vivimos en un mundo donde el detalle cobra la mayor importancia y hace la diferencia entre el éxito y el fracaso. Los mercados actuales están llenos de objetos o “cosas” que no se venden por ser comunes, lo mismo, sin tener en cuenta que una necesidad humana debe ser considerada en términos de lo que requieren nuestros productos. Se puede considerar que un buen diseño es aquel que se expresa claramente a través de sus características, un buen diseño es un vendedor silencioso y esto se logra con los detalles, así que podemos decir que para que nuestro trabajo pueda gustar debemos caer siempre en el detalle sin dejar a un lado los demás aspectos.

En su cuarta conferencia Calvino definiría a la visibilidad como un proceso en el cual ves con los ojos de la imaginación en lugar de ver físicamente, pero que a su vez es capaz de transformar dicha imaginación en realidad palpable.
Actualmente son tantas las imágenes que podemos percibir que no sabemos si estas provienen de la experiencia directa o simplemente se trata de imágenes que llegan a nosotros a través de los medios de comunicación. Estos últimos son los causantes de que con el paso de los días perdamos más nuestra capacidad de imaginar, de pensar y de razonar por nosotros mismos, debido a que nos hacen la vida tan “fácil” que solo nos limitamos a imitar lo que otros hacen o dicen, es por esta razón que Italo Calvino decidió incluir la visibilidad como una cualidad que debemos mantener viva en este siglo como advertencia al peligro en el que estamos de perder una de nuestras facultades humanas fundamentales: imaginar.
Para llegar a una buena creación no podemos olvidarnos de pensar con imágenes (imaginar) antes de materializar. Pasar de una imagen netamente mental a una realidad palpable se define como un proceso  en el cual objetualizamos las ideas,  diseñamos ideas y las convertimos en realidades (realidades y fantasías pueden cobrar forma solo a través del diseño), ideas que salen de humanos y que estarán en interacción constante con humanos, por esta razón no debemos de dejar de pensar como seres que vivimos en sociedad, en interacción constante con otros y debemos reservarnos el derecho a pensar e imaginar, ya que incluso hacerlo erróneamente es mejor que no hacerlo en lo absoluto.

  A pesar de no ser oficialmente la última conferencia “multiplicidad” fue la última conferencia que quedo plasmada en un papel. Con la frase “el mundo es un sistema de sistemas” Calvino trata de explicar la complejidad del mundo en el que vivimos, un planeta poco uniforme con sistemas interrelacionados o aislados  y con una gran diversidad en todo los sentidos.
La gran tarea del diseño es intentar lograr una mayor relación entre todos los sistemas que componen el mundo, partiendo justamente del conocimiento de la pluralidad de los lenguajes y las culturas y así crear verdaderas garantías para todos. Tener conciencia de la multiplicidad del mundo en el que vivimos nos lleva a la búsqueda de métodos con los que finalmente logremos la inclusión de los excluidos, este es un largo proceso que inicia desde nosotros mismos reconociendo las capacidades y no las dificultades de los otros, objetivo al que podemos llegar a través del diseño de una nueva conciencia.

A pesar de que Calvino murió 15 años antes de conocer el nuevo milenio, tuvo la inteligencia, pericia y sabiduría de elegir las cualidades a conservar. Levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad son evidentemente valores y cualidades que no solo se deben conservar en este milenio, sino que deben trascender con los años y  alcanzar su máxima expresión en el camino.
La pregunta ahora es, ¿seremos capaces de mantener vivos estos valores a pesar del paso del tiempo?